Cuando el fuego cercó Cosquín, un infierno a metros de sus casas

Horas de incertidumbre y temor se vivieron ayer a la tarde en Cosquín, donde se desataron dos focos de incendio que amenazaron los barrios San José Obrero y Villa Pan de Azúcar y también el paraje Molinari.
miércoles, 20 de septiembre de 2017 · 07:00

Cosquín. Horas de incertidumbre y temor se vivieron ayer a la tarde en Cosquín, donde se desataron dos focos de incendio que amenazaron los barrios San José Obrero y Pan de Azúcar y Molinari.

Hubo cinco familias evacuadas, más de sesenta auto-evacuados y una densa columna de humo que invadió los puntos más característicos de la ciudad, como la plaza Próspero Molina. El intendente Gabriel Musso confirmó, al cierre de esta edición, que la situación ya fue controlada.

El fuerte viento dificultó el trabajo de los bomberos de los cuarteles de Santa María de Punilla, La Falda, Valle Hermoso, Bialet Massé y Tanti y dos aviones hidrantes de Plan Provincial de Manejo del Fuego. Por momentos, las llamas avanzaron de forma descontrolada y se acercaron mucho a algunas de las viviendas existentes en la base del cerro Pan de Azúcar. El fuego se dividió en tres frentes y el más importante, alcanzó una extensión de 1,5 kilómetros y fue “difícil” de contener.

“El peligro sólo es el humo, pero estamos tratando de evitar que el fuego ingrese al barrio"; dijo, en horas de la tarde, el titular de Gestión de Riesgo de la Provincia de Córdoba, Claudio Vignetta. Cuando ese frente fue controlado, se reactivó otro en San Jorge y avanzó hacia las Sierras Chicas.

“No podíamos sacar las cosas de la casa de un amigo. Había mucho humo en toda la zona y de repente, vimos como el fuego cruzaba la calle de izquierda a derecha. Fue muy triste”; contó Marcela, una vecina de la zona de Villa Pan de Azúcar. Lucas, por su parte, agregó: “Estuvo muy cerca de las casas y sentimos miedo, porque parecía que en cualquier momento se nos podía venir encima. Nos fuimos con las cosas que teníamos, daba mucho miedo ver las llamas de tan cerca”.

Asimismo, en ese sentido, Marisa contó a El Diario: “La situación está controlada en San José Obrero, parece que el viento se llevó las llamas para el otro lado de las sierras. Pero sabemos que la situación puede cambiar en cualquier momento. Fue terrible, porque estuvimos toda la tarde sin saber qué pasaría. Había calles que parecían ser una boca del infierno, con las llamas al final”.

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