Terremoto en México: El dramático relato de dos estudiantes cordobeses

Santiago Peralta y Milagros Cataldi son dos cordobeses que se encuentran de intercambio estudiantil en la ciudad de México, estaban cursando en la Universidad Autónoma Metropolitana cuando se produjo el terremoto que arrojó más de 200 muertos, dejó miles de edificios destruidos y sacudió la capital.
miércoles, 20 de septiembre de 2017 · 18:26

Distrito Federal (México). Santiago Peralta y Milagros Cataldi son dos jóvenes cordobeses que se encuentran de intercambio estudiantil en la ciudad de México y estaban cursando en la Universidad Autónoma Metropolitana cuando se produjo el terremoto que arrojó más de doscientos muertos, dejó miles de edificios destruidos y sacudió la capital mexicana. Durante una entrevista con El Diario, contaron cómo vivieron las últimas horas, entre sirenas, gritos y el temor de no sobrevivir. “Sentíamos que se nos iba a caer el techo encima”; manifestaron.

“Llegamos a la Ciudad de México el 22 de agosto. El 7 de septiembre, cerca de la medianoche, comenzó a sonar la sirena antisísmica. Salimos de la casa donde nos alojábamos como nos indicaba el protocolo y el sentido común. Tiembla todo alrededor. 8.2 grados marca la escala de Ritcher. Apenas 12 días después, cuando se cumplía el trigésimo segundo aniversario del terremoto que afectó fuertemente el Distrito Federal, parecía un día normal. Nos levantamos y se reproduce la cotidianidad de la ciudad. Llegamos a la estación del Metro Bus, viajamos y finalmente llegamos a la universidad, donde estamos realizando un intercambio estudiantil. Ahí nos enteramos que esa mañana, se realizaría un simulacro de sismo para recordar los sucesos del 19 de septiembre de 1985. Nuestra segunda clase se dictaba a las 13 hs. y cerca de las 14 hs, la situación se volvió caótica. Se escucha un fuerte grito: ¡Está temblando! ¡Salgan! ¡Salgan!; era nuestra profesora”; recordó Santiago, quien aseguró: “No sabíamos qué hacer”.

“La alarma volvía a sonar y en una reacción casi automática nos levantamos (quienes pudieron se llevaron sus cosas) y empezamos a correr. En cuestión de milésimas, éramos al menos 500 personas bajando por una sola escalera que se columpiaba como una hamaca. Nosotros somos cordobeses, recién llegados y estábamos acostumbrados como mucho a un leve sismo, así que era una cuestión de supervivencia para nosotros. Teníamos la sensación que el techo se nos iba a caer encima y que no la íbamos a contar. Salimos al punto de encuentro (así llaman a los puntos de seguridad) en un estado de pánico, sentíamos el temblor en nuestros piernas, en las manos, no podíamos contener los nervios. Estábamos en shock, miedo”; contó el estudiante.

En otro fragmento de la entrevista concedida a El Diario, Peralta agregó: “Después empezamos a escuchar ambulancias, sirenas que alertaban sobre posibles réplicas y las recomendaciones. Debíamos seguir alejándonos del edificio. Las comunicaciones estaban colapsadas y nosotros no teníamos información de ningún tipo. Así pasaron los minutos hasta que pudimos avisar a nuestros familiares y amigos, tanto en Argentina como en México, que estábamos bien. Y así con la comunicación restablecida comenzaron a llegarnos imágenes y videos del horror. Que en la Roma y la Condesa se cayeron edificios, que en el Zócalo estuvo bravo y hubo derrumbes, que en Cuernavaca se cayó un puente, que se agrietó el Estadio Azteca. Después, los muertos”.

“Volver a nuestra casa fue una odisea, el transporte estaba colapsado y no había taxis, ni bus, ni nada. La gente se reunía en camionetas o en camiones y se subía a ellos y así viajaban, otros caminábamos. Fue tremendo ver colapsada una ciudad de veinte millones de habitantes y aún nos queda el temor que vuelva a suceder. A que sea impredecible, que los helicópteros hablen y las sirenas vuelvan a alterar la calma. Nos cuesta sacarnos la idea de la cabeza que sólo en cuestión de segundos, pudimos haber quedado atrapado entre los escombros”; completó ayer.

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