Los veteranos y la emoción por el regreso a Malvinas

Orlando Gamarra integró el Regimiento Nº7 de Infantería de La Plata y volvió a Malvinas en 2013: “Volver fue difícil para todos, se te mueve la estantería. Después vamos reviviendo los momentos, recordando las posiciones, los lugares y la hostilidad del clima".
jueves, 8 de octubre de 2015 · 11:31

Carlos Paz. Orlando Gamarra integró el Regimiento Nº7 de Infantería de La Plata y volvió a Malvinas en 2013: "Volver fue muy difícil para todos, se te mueve la estantería. Después vamos reviviendo los momentos, recordando las posiciones, los lugares, lo hostil del clima y nos sorprendimos por del trato con los isleños, a quienes nosotros no conocimos en 1982. Uno siente cosas, ellos son muy fríos y no nos gusta ver la bandera inglesa, pero fue algo muy lindo volver a las islas”.

Ramón Ponce también formó parte de la delegación de once excombatientes que regresó a las islas y cuenta la experiencia que vivió: "Yo fui herido por los paracaidistas ingleses, me dieron en la cabeza, en la mano, en la rodilla y estuve en el Monte London, donde fue muy cruento el combate”. "Ha sido muy movilizante volver allá, porque pude haberme quedado también. Tres compañeros perdí, ellos agarraron más esquirlas que yo, yo me salvé. Me dieron dos esquirlas en la cabeza, tuve congelamiento de pie, se me abrió el talón y llevo en mi cuerpo las marcas. Cuando volvimos, fue algo muy fuerte. Fue como cerrar un círculo, algo que necesitábamos”.

"Ahora vine a participar de este encuentro y puedo correr y jugar al fútbol. Porque lo lindo es que estos encuentros nos sacan adelante. Tenemos un centro en Lomas de Zamora y estamos atentos a lo que necesita el otro, cuando uno falta, enseguida salimos a buscarlo. Cuando nos tocó volver, nadie estaba preparado. No había médicos ni psicólogos que pudiesen ayudarnos a superar lo que nos tocó vivir y tuvimos que hacernos fuerte entre nosotros”; agregó Ponce.

"Ha sido una salida para muchos esta ley que se aprobó, para que de nueve porteros uno sea un veterano. Ahí empezamos a aliviarnos un poco, a sentirnos útil. Una cosa que me marcó es que yo a mi papá siempre lo esperaba para comer y mis hijos se acostumbraron a encontrarme en casa postrado, y eso me hacía mucho mal. Cuando salió esta ley, comencé a sentirme útil porque damos charlas en los colegios o trabajamos de porteros, y entonces cambió la cosa, ya nuestros hijos nos esperan a nosotros y no nosotros a nuestros hijos”; completó a este medio.

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