Incierto balotaje presidencial en Chile

sábado, 16 de diciembre de 2017 · 06:00

Por Marcelo Solervicens

Agencia Alai Amlatina

El domingo 17 de diciembre más de 14 millones de electores están convocados a definir un incierto balotaje presidencial en Chile. Deben dirimir sobre cuál de los dos candidatos más votados el 19 de noviembre accede al sillón presidencial.

Ciertamente, por los apoyos recibidos, se vislumbra una victoria ajustada del abanderado de la Fuerza de la Mayoría, Alejandro Guillier. Sebastián Piñera, ex presidente (2010 a 2014) y candidato de la derechista coalición Chile Vamos tiene grandes dificultades. El jueves cerraron su campaña los candidatos.

Muestra de los tiempos, Guillier recibió el apoyo bienvenido del ex presidente de Uruguay, Pepe Mujica. Piñera recibió en reacción, el apoyo del actual presidente argentino Mauricio Macri. Y es que en el balotaje está en juego la posibilidad del viraje al progresismo en el país Austral que desmentiría el giro a la derecha de la región.

Sin embargo, a 48 horas de la elección, planea la incertidumbre, por el temor de altos niveles de abstención. Ella puede pesar enormemente, transformando una derrota en victoria y viceversa.

El inquietante factor abstención

Recordemos que la opción más popular el 19 de noviembre, fue la de la abstención. Una opción victoriosa, porque el 53% de los votantes no se pronunció.  Vea nuestro análisis del tema de la abstención.

La segunda vuelta se efectúa el último domingo antes de navidad. Ello lleva a que el instinto consumidor deba competir con el ciudadano responsable, consciente de que elige la primera autoridad del país. Un actor clave en un sistema presidencial como el chileno, es un actor clave. Quienes decidan quedarse en sus casas, quienes decidan ir a votar, sin que nunca pueda saberse a ciencia cierta las causas,  pesarán enormemente en la balanza.

Paradojalmente, la incertidumbre creada por los altos niveles de abstención puede incitar los electores a votar. Su voto cuenta. Pero, se sabe que el elector de derecha o de centro derecha, tiene mayor tendencia a concurrir a las urnas que el votante de centro izquierda o de izquierda. Además la última elección presidencial no desmintió la tendencia a la disminución de la participación en las elecciones presidenciales. Una tendencia constante a la disminución de la participación electoral desde el plebiscito de 1988. Una tendencia que la instalación del voto voluntario no resolvió. 

La incertidumbre

Recordemos: En la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2009, votaron 7 264.136, sobre un total de poco más de 12 millones de electores (59,2%). En 2013, sufragaron 6 699.011, sobre más de 13 millones de votantes (50,9%). El 19 de noviembre pasado, votó más o menos la misma cantidad de votantes (6 700.748) de una población más 14 millones con derecho a voto (46.7%).  Vale decir que aunque se mantuvo estable el número absoluto de votantes el porcentaje de abstención sigue aumentando.

En las segundas vueltas siempre votan menos electores. En la segunda vuelta de 2013, votó sólo el 43,3%. Fue la más baja participación en una elección presidencial desde la elección de Patricio Aylwin en diciembre de 1989  ¿Ocurrirá lo mismo el domingo próximo? ¿Quiénes no irán a votar?  ¿Cuáles serán las consecuencias?

¡Es la gran incógnita¡  Más allá del carácter tendencioso que se le atribuye a las encuestas CEP o Cadem, su error radicó en una equivocada interpretación del votante probable. Se equivocaron las encuestas según Javier Sajuria. CADEM CEP y Criteria Research usaron variables insuficientes: interés por la política, participación anterior, la probabilidad que la persona vaya a votar. Se trataba de ponderar, quienes de la muestra total irían realmente a votar.

Las encuestas subvaloraron a los jóvenes, entre otros (el voto para el Frente Amplio). El votante probable no correspondía a los verdaderos votantes. Y se equivocaron. Por ello que las encuestadoras dejaron de lado el concepto en la segunda vuelta. Ahora la última encuesta de Cadem, y de Criteria antes de la veda de la ley electoral, daban un empate técnico en la segunda vuelta entre Guillier y Piñera.

¿Piñera en las cuerdas?

Los dados parecen rodar contra una victoria del candidato de Chile Vamos, Sebastián Piñera. En su caso, parece aplicarse el adagio de que las elecciones se pierden. Que los electores a menudo votan en contra. El Todos Contra Piñera se ha transformado en punto común. Su baja votación de 36,6% (cuando esperaba por lo menos el 40%) lo desestabilizó. Perdió la imagen de ganador en su propio sector.

Cambió su discurso exitista de la primera vuelta, por uno de humildad. Trata de satisfacer su base social. Desde el ultraderechista José Antonio Kast hasta, hasta el otro Kast, Felipe, de Evopoli. La integración a su comando de su rival de la primarias, el populista de derecha, senador Manuel Ossandon, se transformó en pesadillo. No deja de demolerlo.

Piñera aparece dispuesto a prometer cualquier cosa, con tal de ganar. Pero la gente duda de su sinceridad. Fracasó en descalificar el gobierno de Michelle Bachelet: el 55% votó el 19 de noviembre por continuar lo avanzado por la primera mujer presidenta de Chile.

Ahora Piñera apoya la gratuidad en el sector profesional y técnico. Está dispuesto a perdonar las deudas del CAE. Promete mejorar las pensiones de los adultos mayores y las mujeres y perfeccionar las AFP. Promete cambiar la ley de pesca, adoptada en su gobierno y sinónimo de la colusión entre negocios y política. El problema es que muy pocos parecen creerle.

También cae en errores, las piñericosas, como la denuncia de presuntos votos marcados, que nunca nadie denunció ante el Servel. Lo persigue el escándalo de listas de espera en varios hospitales en su gobierno. No ha tenido una buena segunda campaña, pero su base social, no dudará en votar por él. 

¿Puede Ganar Guillier?

Apoyándose en los errores de Piñera y el apoyo de  sus rivales de la primera vuelta Alejandro Guillier, podría ganar el 17 de diciembre. pese a que obtuvo el 22,7%  Si consigue movilizar el electorado. La misma noche recibió el apoyo de Carolina Goïc de la DC (5,8%), de Marco Enriques-Ominami (5,6%) y de Alejandro Navarro. La mayoría de los líderes más conocidos del Frente Amplio cuya candidata Beatriz Sánchez, obtuvo 20,33%, llaman ahora no sólo a votar contra Piñera, sino que a votar por Guillier. Es muy racional pensar que es mejor ser oposición de Guillier que de un segundo gobierno de derecha de Piñera. Alberto Majol y hasta el ideólogo del FA, Carlos Ruiz anunciaron públicamente que votarán por Guillier. Ello enfureció al derechista Juan Antonio Kast que trató de cobardes a Gabriel Boric y Giorgio Jackson por anunciar también que votarán por Guillier.

Guillier acentuó su discurso favorable a un Chile más justo. Con derechos sociales, pensiones dignas, educación de calidad. El fin del monopolio de las AFP. Mejor acceso a la salud, descentralización, más y mejores empleos, derechos de la mujer y la Nueva Constitución, entre otros. Sin embargo es evidente que su promesa de continuar las reformas es de menores alcances que lo prometido por el FA. No está en carpeta el cambio del modelo según

Sin embargo, aunque adquiere más fuerza la consigna Todos Contra Piñera, antes que Todos por los Cambios. Se alinean por una victoria ajustada del candidato de la Fuerza de Mayoría, Alejandro Guillier, designado continuador de las reformas iniciadas por la presidenta saliente Michelle Bachelet.

Víspera del balotaje presidencial en Chile

Tras la contienda entre Alejandro Guillier y Sebastián Piñera, la elección del 17 de diciembre puede confirmar el giro hacia las fuerzas progresistas en Chile.

La pérdida de dinamismo de la campaña de Piñera no es casual. La derecha no tiene nada que ofrecer, más que un retroceso. En el mejor de los casos el status quo, si Piñera no usa la retroexcavadora. Los electores que votaron el 19 de noviembre apoyaron candidatos que sumaron el 55% de los votos. Candidatos que quieren más reformas. En ningún caso el status quo.

La Nueva Mayoría aparece desarticulada con las veleidades del camino propio del ala derecha de la DC. La entrada del Frente Amplio como balanza del poder en el Congreso con 20 diputados y un senador, cambia la configuración de las fuerzas políticas.

Lo que terminó el 19 de noviembre es el duopolio entre Chile Vamos y la Nueva Mayoría, heredera de la Concertación. Es la entrada de los movimientos sociales, de la “calle”, que contra todos los análisis consiguió imponer los principales temas de la campaña. Profundizar la gratuidad y la educación de calidad, el movimiento No + AFP, condonar las deudas del CAE. Tras ello, en filigrana está una nueva forma de hacer reformas, sin componendas de clase política. Las elecciones del 17 de diciembre pueden confirmar ese viraje al progresismo.

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