La revolución nacionalista en Cataluña

miércoles, 4 de octubre de 2017 · 07:32

Por Rosa Cañadell

Agencia Alai Amlatina

El Presidente Puigdemont salió en la TV diciendo: “Cataluña se ha ganado el derecho a ser un estado independiente en forma de República Catalana”. ”. Y todo parece indicar que el día 3 de octubre el Parlamento de Cataluña puede declarar la salida real de Cataluña del Estado Español.
Un poco de historia
 
Para entender el auge del independentismo catalán, debemos tener en cuenta una confluencia de hechos.
 
1. - Un sentimiento nacionalista catalán muy antiguo, de pueblo con lengua y cultura propias, machacado durante el franquismo. Este sentimiento, en algunos sectores minoritarios, se expresaba ya con un sentimiento de independencia. Mayoritariamente se expresaba a partir de un mayor grado de autonomía que incluye la defensa de la lengua, la cultura y las instituciones propias.
 
2.- El rechazo por parte del Tribunal Constitucional del proyecto de un nuevo Estatuto de Autonomía. El 30 de septiembre de 2005 el Parlamento de Cataluña aprobó la reforma del Estatuto de autonomía de Cataluña de 1979. Todos los grupos políticos catalanes lo apoyaron excepto el Partido Popular de Cataluña. En noviembre fue llevado al Congreso de Diputados para su aprobación tal como establece la Constitución Española de 1978, pero allí fue objeto de numerosos cambios que hicieron que Esquerra Republicana de Cataluña, uno de los partidos promotores del nuevo Estatuto y que además formaba parte del gobierno "tripartito" de la Generalidad de Cataluña presidido por el socialista Pasqual Maragall, le retirara su apoyo, mientras el Partido Popular siguió oponiéndose al mismo.4
 
El nuevo estatuto fue sometido a referéndum en Cataluña el 18 de junio de 2006 siendo aprobado por el 74% de los votantes, aunque la participación fue del 49%. Mes y medio después, el 31 de julio, el Partido Popular presentaba un recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional
 
 La sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña de 2006 fue hecha pública el 28 de junio de 2010, cuatro años después de la presentación del recurso de inconstitucionalidad interpuesto por el Partido Popular. El Tribunal Constitucional por ocho votos contra dos declaró inconstitucionales 14 artículos y sujetos a la interpretación del tribunal otros 27. Además el tribunal estimó que "carecen de eficacia jurídica" las referencias que se hacen en el preámbulo del Estatuto a Cataluña como nación y a la realidad nacional de Cataluña.
 
El 10 de julio de 2010, se celebró en Barcelona una manifestación de rechazo a la sentencia bajo el lema "Som una nació. Nosaltres decidim" ('Somos una nación. Nosotros decidimos'). Fue el inicio de la reivindicación por la independencia.
 
3.- La crisis social y económica a partir del 2010, que dejó una larga lista de parados, desahucios de viviendas, recortes en todos los servicios públicos, sanidad, educación, servicios sociales, etc. y que los gobernantes de Cataluña aprovecharon para situar la causa de todos estos retrocesos de derechos laborales y sociales en la situación de "dependencia" del Gobierno Español. El lema de "Madrid nos roba" fue el más utilizado. Por lo que la "solución" a todos los males que había creado la crisis y las medidas adoptadas pasaba pues por separarse de Madrid.
 
A partir de ahí, se sumaron las voces de la derecha tradicional catalana (Convergencia y Unió) que se apuntó a liderar la independencia y las voces de la izquierda radical anticapitalista (CUP) que, desde su inicio ya estaba por la independencia, como forma de llegar a una sociedad catalana más justa y más social.
 
4.-Ampliación de la demanda social. Con la ayuda de estos partidos y con una gran participación social, se organizó la Asamblea Nacional Catalana, que organizó las grandes movilizaciones del día 11 de septiembre (día nacional de Catalunya) y que consiguió sacar a la calle miles de personas en los tres últimos años. El "derecho a decidir" fue el lema aceptado por una gran mayoría de la sociedad.
 
5.- La actitud cerrada, agresiva y antidemocrática de los dos grandes partidos del Estado Español ( PP y PSOE) que se opusieron desde el primer momento a cualquier posibilidad de realizar un referéndum para poder decidir si una mayoría o no de ciudadanos y ciudadanas de Cataluña querían la independencia.
 
6.- La radicalización de los partidos CiU y Esquerra Republicana que optaron definitivamente por abanderar la independencia.
 
Ante la negativa del gobierno a realizar un referéndum, se organizaron las últimas elecciones al Parlamento de Cataluña como "plebiscitarias" y se presentaron dos partidos en favor de la independencia: des de la derecha: Junts pel Sí (Juntos por el Sí), que era una coalición de CiU y de Esquerra Republicana, y desde la izquierda radical la CUP. La derecha independentista no obtuvo la mayoría y necesitaron de la CUP para poder formar un gobierno.
 
En estas elecciones, que se consideraban como un referéndum aunque no lo era, los partidos independentistas consiguieron la mayoría de escaños en el parlamento (62 + 10) pero no la mayoría de votos (39,54 % Junts pel Sí, y 8,2 % CUP). Por lo que no se pudo decir que la mayoría de la población había votado independencia.
 
De ahí salió una "hoja de ruta" por la independencia que incluía otra vez el referéndum.
 
Pero el Gobierno Central del PP continúa cerrando el paso a cualquier movimiento por hacer un referéndum en condiciones, apelando a la Constitución Española que habla de la Unidad indisoluble de España y a la imposibilidad de que una parte de España pueda hacer un Referéndum para decidir su futuro.
 
El referéndum
 
Siguiendo la “hoja de ruta” del gobierno catalán, el 7 de septiembre se aprueba en el Parlamento catalán la Ley del Referéndum, por vía de urgencia, en la que los 52 diputados de la oposición (PP, PSC y Ciutadans) abandonaran el parlamento. La Ley se aprobó por 72 votos a favor por parte de Junts pel Sí i de la _CUP y es la que da legitimidad a la convocatoria del Referéndum el 1 de octubre. Inmediatamente después el Tribunal Constitucional tumba la Ley y avisa a los alcaldes y a 77 altos cargos el “deber de impedir el referéndum del 1 octubre”
 
A partir de ahí empieza la “guerra judicial y policial” del Gobierno central con Rajoy al frente y el gobierno de Cataluña con Puigdemont al frente: la policía española (Policía nacional y Guardia Civil) registran imprentas, medios de comunicación y edificios de la Generalitat de Cataluña, en busca de material para el referéndum. Requisan miles de carteles y papeletas del referéndum, pero no logran encontrar las urnas. Se cierran webs de información del 1Octubre, que automáticamente se vuelven a abrir. Se detienen cargos públicos de la Generalitat de Cataluña y se buscan obsesivamente las urnas que nunca encontraron.
 
Rajoy asegura que no habrá Referéndum el 1Octubre y Puigdemont asegura que está todo listo para el Referéndum.
 
Días antes llegan a Cataluña miles (de 5.000 a 15.000 agentes del Estado Español) Policías nacionales y Guardia Civil, que son alojados en hoteles de distintas ciudades y en tres grandes buques atracados en el puerto de Barcelona y Tarragona.
 
Se organiza la sociedad civil en voluntarios para el Referéndum: Mesas electorales, censo, información a la ciudadanía, etc.
 
Días antes la Fiscalía ordena precintar los edificios en donde se ha previsto colocar las Mesas electorales, que son, mayoritariamente escuelas e Institutos públicos y edificios municipales. La Comunidad educativa se organiza para que no se puedan precintar los centros y profesores, familias, alumnos y vecinos “ocupan” los centros educativos desde el viernes por la tarde y organizan actividades lúdicas, con la intención de que no se puedan precintar los centros.
 
Paralelamente se organizan actos en muchos pueblos y ciudades a favor del Referéndum. Los campesinos hacen marchas con sus tractores y los bomberos reivindican el derecho a votar. Los estudiantes paralizan la Universidad y se encierran en el edificio central.
 
El día del Referéndum. 1 de octubre
 
El domingo 1 de octubre amaneció con las urnas en todas las Mesas electorales “defendidas” por muchas personas que se congregaron desde primeras horas de la mañana para evitar que la policía las requisara. Las papeletas decían: “¿Quieres que Cataluña sea un estado independiente en forma de república?” SI o NO.
 
Miles de personas fueron a votar. Más de dos millones de ciudadanos y ciudadanas hicieron colas de horas delante de los colegios y se quedaron todo el día custodiando los edificios electorales.
 
Pero también, desde primeras horas, llegó la represión, en forma de agresiones brutales y violencia gratuita por parte de la policía española, ante la pasividad cómplice de la policía autonómica (Los Mossos) que no quiso (o le mandaron) no intervenir de manera contundente para requisar las urnas.
 
Se vivieron episodios de gran represión, se colgaron en la red videos impresionantes impropios de una policía democrática: una escuela con los vidrios rotos a mazazos para poder entrar, policías tirando escaleras abajo a mujeres, heridos que no pueden ser atendidos porque la policía carga contra los que los atienden, un joven con una herida grave en el ojo por una bala de goma... en total más de 800 personas fueron heridas por el simple hecho de defender pacíficamente las urnas para poder votar. Así y todo, sólo pudieron requisar urnas en 400 edificios de las más de 2.000 que había.
 
También se vivieron episodios de solidaridad y auto organización y, en algún pueblo, todos los vecinos unidos, lograron echar a la policía que corría delante (y no detrás) de ellos. Fue, realmente, un ejercicio de participación lúdica y pacífica de una gran cantidad de ciudadanos y ciudadanas que, finalmente, pudieron votar. El día terminaba con las calles y las plazas llenas al grito de “HEM VOTAT” (HEMOS VOTADO).
 
Y en diversas capitales del Estado Español se organizaron actos y manifestaciones de solidaridad. En Madrid, Sevilla, Bilbao, Santiago de Compostela… los ciudadanos españoles salían en defensa de Cataluña y contra la represión de Rajoy.
 
Al final de la noche informaron de los resultados: Hubo 2.262.424 votos, de un censo de 5.313.000 personas, o sea un 42 % de participación. A lo que habría que sumar 770.00 votos que el gobierno calculó que la policía había requisado. El 90 % de los votantes (2.020.144) votaron SI a la Independencia en forma de República catalana. El 7,8 % (176.566) votó NO. El 2 % votó en blanco y el 0,89 % fueron votos nulos.
 
El Presidente Puigdemont salió en la TV diciendo: “Cataluña se ha ganado el derecho a ser un estado independiente en forma de República Catalana”. Y todo parece indicar que el día 3 de octubre el Parlamento de Cataluña puede declarar la salida real de Cataluña del Estado Español.
 
Observaciones finales
 
A pesar de la gran participación y votantes del SI a la independencia, de hecho, la ciudadanía de Cataluña está dividida casi por la mitad. Como el Referéndum no pudo hacerse con todas las garantías legales por culpa de la actitud del gobierno central, no podemos saber exactamente el porcentaje de personas que están a favor o en contra de la independencia. Pero todo apunta a que, más o menos, es una mitad que quiere salir de España y otra mitad que prefiere o quedarse como estamos ahora, o encontrar otro anclaje dentro del Estado, como podría ser una federación de naciones.
 
La cuestión es, ¿Qué futuro puede tener una declaración de independencia, con la mitad de la población en contra, con la negativa del Gobierno central a aceptar el derecho de autodeterminación de Cataluña, y con pocos apoyos internacionales, ya que, a efectos legales el Referéndum era totalmente lícito pero jurídicamente ilegal?
 
También es importante señalar que no sólo la población está dividida, sino también los partidos de izquierda. De hecho, para mucha gente de izquierdas, un proceso de independencia liderado por la derecha catalana no tiene ningún interés. Y la verdad es que, si bien podemos hablar de una “revolución ciudadana”, todo el proceso ha estado liderado por el Gobierno, formado por dos partidos, ERC (Izquierda Republicana de Cataluña) y PdeCat (que es la antigua Convergencia i Unió, que ha gobernado Cataluña durante más de 30 años y que ha votado siempre conjuntamente con el PP las medidas. más antisociales de todos los tiempos). La única izquierda radical que ha apoyado al gobierno s la CUP, un partido independentista y anticapitalista, pero que ha claudicado con todos los recortes sociales para poder avanzar hacia la independencia de la mano del gobierno.
 
Un gobierno que ha puesto toda su maquinaria a favor de la independencia: medios de comunicación, organización del referéndum, propaganda del sí, policía autonómica, etc. Dejando al margen todas las demás opciones.
 
Todo ello plantea serios problemas para el futuro. Una independencia sin ningún contenido social no es bienvenida para muchos sectores populares que han sido víctimas de la crisis, los recortes y la privatización de la sanidad y la enseñanza. Pero otra parte de la población, la que ayer salió a la calle y defendió valiente y pacíficamente el referéndum, no quiere renunciar a su victoria.
 
El partido de izquierdas liderado por Ada Colau (alcaldesa de Barcelona) y Xavier Doménech, CatEnComú, ha defendido el derecho a decidir y ha llamado a participar en el Referéndum, pero no se ha pronunciado sobre el SI o el NO. De hecho, entre sus militantes y votantes hay más partidarios del NO que del SI.
 
¿Se puede reconvertir toda la energía, participación y auto-organización que emergió en defensa del derecho a decidir y de la independencia, para reivindicar también una sociedad más justa, democrática y social? ¿Se puede construir una República catalana más social con la correlación de fuerzas actual y dentro del poco margen que deja la Unión Europea, el Banco Central Europeo, los intereses de las multinacionales, los bancos y las entidades financieras? ¿Qué puede pasar si se declara la independencia, pero el Gobierno de España se niega a ello? ¿Negociarán o mandaran los tanques?
 
Lo que va a ocurrir a partir de ahora, es todo un enigma.
 
Rosa Cañadell. Barcelona. Cataluña. España.
Licenciada en Psicología y Magisterio. Profesora de secundaria durante más de veinte años y cuatro como directora de Instituto. Delegada sindical y Portavoz del sindicato USTEC•STEs (IAC) durante 8 años. Activista social en defensa de la educación pública y vinculada a varios movimientos sociales. Forma parte de Socialime21, del Comité de apoyo al MST de Barcelona, del Grupo Promotor de la ILP de Educación y de la Plataforma Salir del Euro.
 
 

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