Granada, historia de un pueblo donde el cantar se hace gitano

La presentación en Granada de mi libro “El maleficio de la mariposa” hizo que me reencontrara nuevamente con ese antiguo reino musulmán, que ya había visitado en el 2011.
miércoles, 8 de junio de 2016 · 10:44

Por Vidal Mario 

La presentación en Granada de mi libro "El maleficio de la mariposa” (una síntesis sobre la vida y la obra de Federico García Lorca) hizo que me reencontrara nuevamente con ese antiguo reino musulmán, que ya había visitado en el 2011.

En éste segundo viaje, recorrí sus emblemáticos rincones y bebí de la copa de su inmensamente rica historia. Lo hice de la mano del dramaturgo español José María Cotarelo Asturias, del poeta Pedro Enríquez, y del coordinador de las actividades culturales de la Casa-Museo Federico García Lorca, Francisco Vaquero Sánchez.

De la mano de esos queridos escritores me informé que la Historia propiamente dicha de España comenzó con los muy famosos "reyes católicos” Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, a quienes se atribuye la constitución definitiva de la nacionalidad española.

Dichos colegas me dijeron que tras pacificar España, empresa en la que apelaron más "la vía del rigor que de la piedad”, aquel renombrado matrimonio real triunfó sobre Portugal, incorporó Navarra a sus dominios, dominó Nápoles, abatió el poder francés en el Pirineo, en Italia inició la hegemonía española en Europa, además de facilitar el descubrimiento de América.

Y, también, que lucharon durante diez largos años para conquistar el rico e independiente reino de Granada, en manos de los moros desde hacía ochocientos años.

Comienza la lucha

La historia que traje de Granada es ésta:

En 1481, los musulmanes tomaron Zahara. En represalia, los católicos, al mando del marqués de Cádiz, tomaron Alhama, aunque después fueron derrotados en Loja. Así comenzó una década de guerra por la posesión de la mítica ciudad.

Al mismo tiempo, el reino granadino estaba sumergido en graves discordias y conspiraciones palaciegas. La esposa de Abul-Hasán, el emir reinante, quería echar del trono a su marido para sentar en su lugar al hijo de ambos, Abul-Abdallah, más conocido como Boabdil el Chico. Después de la caída de Alhama en manos católicas, a éste lo proclamaron rey de Granada. Su destronado padre huyó a Málaga, donde se unió a su hermano El Zagal y juntos derrotaron a los cristianos en la Ajarquía. Queriendo consolidar su poder en Granada y anular esa victoria de su padre y de su tío, Boabdil fue a atacar a los cristianos en Lucena, pero allí fue vencido y, además, hecho prisionero.

Cuando la noticia de su cautiverio llegó a Granada, subieron al trono a El Zagal, hermano del fugitivo y legítimo monarca. Fernando el Católico, más astuto que guerrero, liberó a Boabdil, lo nombró "aliado”, le dio soldados y dinero, y lo mandó a recuperar el trono.

Así estalló otra nueva y cruenta guerra civil en Granada. Esta vez entre los partidarios de Boabdil y los de su tío El Zagal. Mientras tanto, los cristianos se iban apoderando sucesivamente de Loja (1486), Málaga (1487), Baza (1489) y Guádix, entre otras. A fines de 1490, a los musulmanes solamente les quedaba Granada. A principios de 1491, los Reyes Católicos sitiaron la ciudad. Isabel, inteligente y enérgica como siempre, aparecía frecuentemente por el teatro de operaciones para pedir a los caballeros cristianos consumar proezas y dar muestras de valor personal.

A lo largo de muchos meses, musulmanes y cristianos lucharon heroicamente. Los primeros dieron héroes como Tarfe y Muza, en tanto que los segundos recuerdan las hazañas de Hernán Pérez del Pulgar y de Gonzalo de Córdoba.

Un día, el campamento cristiano se incendió por accidente. Como testimonio de su firme determinación de no moverse de allí hasta que Granada fuera suya, Isabel levantó en el mismo lugar incendiado una ciudad de piedra a la que llamó Santa Fe. Muchas ciudades de América llevan ese mismo nombre en homenaje a aquel acto de fe de la referida reina cristiana.

Finalmente, sin esperanzas de recibir auxilio y acuciados por el hambre, en diciembre de 1491 los granadinos se rindieron. Fernando e Isabel respetaron los bienes y la libertad religiosa de los vencidos, aunque a los pocos meses cambiaron de parecer.

El 2 de enero de 1492, los vencedores ocuparon la Alhambra y el 6 del mismo mes los Reyes Católicos hicieron su entrada solemne a la ciudad. Boabdil vivió un tiempo más allí, pero después se fue al África, donde murió.



                              


 






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